viernes, 12 de agosto de 2011

La conquista del Reyno de Navarra. 1512.

Este es el primer artículo, de una serie de cuatro, sobre La Conquista de Navarra, publicados conjuntamente en este mismo Blog.


      1) La Conquista del Reyno de Navarra en 1512.
           Julio-agosto de 1512.
      2) Primera tentativa de reconquista del Reyno de Navarra.
          Septiembre-diciembre de 1512.
      3) Segunda tentativa de reconquista del Ryno de Navarra.
          Marzo de 1516.
      4) Tercera tentativa de reconquista del Reyno de Navarra.
           Mayo-junio de 1521.




LA CONQUISTA DEL REYNO DE NAVARRA.

 JULIO-AGOSTO DE 1512.


Navarra en los vaivenes de la política europea: Rivalidad Francia-Castilla.
                  
            Tras la muerte de Juan II de Aragón en 1479 -rey consorte de Navarra por su matrimonio con la reina Blanca I y padre del príncipe de Viana y de Fernando el Católico-, tras la sangrienta guerra civil que a raíz de la muerte de esa reina -1441-, tuvo lugar entre las poderosas facciones navarras de agramonteses -Gramont y Peralta- y beamonteses -Beaumont y Luxa-, el trono de Navarra es ocupado por su hija, Leonor I, quien al morir unos días más tarde deja por heredero a su nieto, Francisco I de Foix -llamado Febo-, que fallece a los cuatro años de reinado y tan sólo catorce de edad.
            Le sucede su hermana Catalina de Foix, que contrae matrimonio con Juan de Albret y que van a ser los últimos reyes de Navarra.
            Su extenso reinado (1483-1512), se va a caracterizar por una intensa actividad diplomática cerca de las más importantes cortes europeas, Inglaterra, el Imperio Alemán, la Santa Sede, pero especialmente con Luis XII de Francia y con Fernando el Católico, rey de Aragón y regente de Castilla, entre los que se van a ver obligados a bascular, en una sucesión de tratados, con el fin de salvar un reino que ambos, vecinos y enemigos acérrimos entre ellos, apetecen y buscan la ocasión más propicia para engullirlo de un bocado.
            Porque en ese final del siglo XV, en el que la artillería ha dado un cambio espectacular a la forma de hacer la guerra, para estas dos potencias, separadas tan sólo por las alturas de los montes Pirineos, el reino de Navarra no era otra cosa que el camino ancestral por donde ambos países podían invadir o ser invadidos.
            Durante los primeros años de su reinado, los nuevos reyes de Navarra se hallan más a gusto con Fernando el Católico, quien incluso les habla de devolver a Navarra las plazas de Los Arcos por un lado y Laguardia, San Vicente, Labastida y otras plazas fuertes, ocupadas de forma unilateral por Castilla en 1463, en plena guerra civil navarra, un territorio que hoy se conoce como la Rioja Alavesa, ya que Enrique IV  de Castilla, el rey que la conquistó, la asimiló administrativamente a su provincia de Álava. Pero el Rey Católico no las cede gratuitamente. Él, simplemente, busca el dominio del Viejo Reino y pide, a cambio, una serie de estratégicas fortalezas en las que poner una guarnición castellana.
            En ese tiempo de amistad con Castilla, Luis XII de Francia, enemigo declarado de los reyes de Navarra -vasallos suyos por la mayor parte de sus territorios en aquel país, Albret, Perigord, Limousin y Tartas por parte de Juan de Albret y Foix, Bigorre y Marsán por Catalina de Foix, también vizcondesa del Bearne (capital,  Pau), un estado soberano e independiente con Cortes propias, y por tanto libre de cualquier vasallaje; otro motivo histórico de fricción con los reyes de Francia, que nunca estuvieron de acuerdo con dicho “status” de soberanía-, se sacó de la manga un aspirante al trono navarro en la persona de su sobrino Gastón de Foix -hermano de Germana de Foix y por tanto cuñado de Fernando el Católico-, quien, al igual que la reina Catalina era nieto de Leonor I de Navarra. Y a quien otorgó el ducado de Nemours, un título que pertenecía a la familia real navarra desde Carlos III el Noble.

La Santa Liga, del papa Julio II, precipita el fin.

Ya Felipe IV de Francia, el Hermoso, 1268-1314, rey consorte de Navarra con el nombre de Felipe I, apoyó las pretensiones de la Iglesia francesa, Galicana, que se resistía a pagar las fuertes sumas que Roma le exigía continuamente y al plantearse una ruptura definitiva llevó la Santa Sede a Aviñón -haciendo papa al francés Clemente V, el que suprimió la Orden del Temple- y cuando Luis XII se alía con el Imperio Alemán en el Concilio -conciliábulo, según sus enemigos- de Pisa, los partidarios del Sumo Pontífice, Julio II, Fernando el Católico y Enrique VIII de Inglaterra, forman con este la Santa Liga, encaminada a terminar con tan peligrosa secesión.
            Los reyes de Navarra son invitados a formar parte de ambos bandos, una compleja situación que, debido a su buena acción diplomática, consiguen eludir durante un tiempo. Pero en la primavera de 1512, precisamente cuando se hacía más fuerte la presión del Rey Católico para que les cediese el control de las fortalezas navarras se produce un hecho que va a resultar definitivo. El 23 de abril muere Gastón de Foix en la batalla de Rávena y Luis XII, al quedarse sin candidato, temeroso de que Fernando el Católico reclame el trono en nombre de su esposa y hermana del fallecido, Germana de Foix, ofrece la paz a sus reyes y les cita a negociar en su castillo de Blois, algo a lo que Juan de Albret y Catalina de Navarra, siguiendo su política de neutralidad, acceden.
            Y en Blois, el 18 de julio, los plenipotenciarios navarros firman con el rey de Francia un tratado de neutralidad, de no agresión entre los dos países, nunca de adhesión a su causa, en el que su artículo octavo deja bien claro que “los reyes de Navarra mantenían una alianza anterior con Fernando el Católico y que esta alianza continuaba firme tras este tratado”.
            Pero el Rey Católico no quería la neutralidad. Sólo buscaba, como no tardó en verse, la conquista del Viejo Reino y al ver que sus reyes no se plegaban a su voluntad y le negaban la entrega de las fortalezas solicitadas, ordena al duque de Alba, preparado en Vitoria con 12.000 hombres, que inicie la invasión, de donde sale el 13 de julio, antes de conocer lo firmado en Blois.
            Y a este ejército, ya camino de Pamplona, se unen en Salvatierra de Álava, 3.000 infantes guipuzcoanos, 1.000 alaveses al mando del capitán Diego Martínez y 2.000 vizcaínos mandados por los señores de Avendaño y Butrón.  
Entrando por la Barranca y tras pasar por el desfiladero de Oskía, el duque de Alba no tardó en presentarse ante las murallas de Pamplona y tras acampar en la Taconera y sin que prácticamente fuera disparado un solo tiro, recibió la rendición de la capital el día 25 de julio.
            En este acto se hizo cargo del reino en nombre de Fernando el Católico con el único título de depositario de la Iglesia, asegurando que la ocupación era un asunto transitorio hasta que se solucionara el que tanto importaba al papa Julio II y a la Santa Liga y no es hasta el mes de agosto, al aparecer la bula Pastor Ille Caelestis, cuando determina a tomar el título de rey de Navarra.
            Los reyes habían logrado huir a sus estados franceses, el ejército navarro no estaba preparado y las fortalezas, por presiones del Rey Católico, se hallaban prácticamente desmanteladas, ya que no habían sido reparadas desde la guerra civil. Sólo fuera de Pamplona se produjo algún conato de resistencia. El valle del Roncal, Tudela -cae el 9 de septiembre- y Estella, que no termina de rendirse hasta que falla la primera tentativa de reconquista, son las plazas más significativas de la resistencia.

Las bulas con las que Fernando el Católico justifica la conquista.

1ª Et si hii qui Christiani nominis -21.07.1512-.
            Al ser publicada en la misma fecha que la Pastor ille Caelestis, que tuvo mucha más relevancia y fue promulgada en la catedral de Calahorra, se suele confundir con ella. Se trata de una bula muy genérica, ambigua, en la que no aparece ni un solo nombre propio.

2ª Pastor Ille Caelestis -21.07.1512-.
            Con el fin de dar legitimidad a una invasión tanto tiempo preparada que según asegura, la efectúa únicamente como paso para llevar la guerra a Francia -la misma artimaña empleada por Napoleón Bonaparte, en 1808, para conquistar España, al pedir permiso de paso para invadir Portugal, aliado de Inglaterra y que da lugar a la Guerra de la Independencia-, Fernando el Católico insiste ante el papa Julio II para que expida una bula en la que todos los enemigos, o colaboradores, de la Iglesia, es decir de la Santa Liga, sean excomulgados. Hay que tener en cuenta que los vasallos que continúen obedeciendo a un rey excomulgado son, a su vez, excomulgados y separados de los sacramentos, lo que en una sociedad que vive inmersa en la religión y que no contempla otra forma de vida, significa la condenación eterna.
El 5 de junio insta a Vich, su embajador en Roma, a que consiga una bula “con la cual puedan ser requeridos el rey y la reina de Navarra”, para añadir a continuación, en el mismo escrito “aunque no he de esperar las susodichas bulas”. Por fin, el 21 de julio de 1512, el papa Julio II expide la bula Pastor Ille Caelestis  que es publicada en Calahorra, “insistiendo” en que no se haga en Navarra, por lo que los navarros no se enteran de su existencia hasta que la conquista ha sido realizada, ya que el ejército del duque de Alba se hallaba en Vitoria el 13 de julio y la conquista de Pamplona se consuma el 25. En Navarra, en Tudela, no se da a conocer hasta el mes de septiembre, cuando la ciudad está sometida a asedio, con el fin de minar la moral de sus defensores ante la amenaza de separación de los sacramentos y condenación eterna.
            Es lógico que Fernando el Católico hubiera recibido noticias de su existencia, aunque cuando ordenó la invasión no conociera el texto, por lo que su disgusto debió de ser tremendo al conocerlo, ya que sus términos, tan vagos e imprecisos, no sólo no nombran a los reyes de Navarra sino tan siquiera al pueblo navarro. La frase más próxima, según leemos, puede ser esta, y no va dirigida a los navarros en especial, sino a los “vascos y cántabros y gentes circunvecinas que se unan a la alianza con cismáticos. Algo de difícil comprensión, ya que vascos y cántabros formaban parte de Castilla y eran súbditos del Rey Católico. Y como tales intervinieron en la guerra

3ª Exigit Contumacium. -18.02.1513-.
            Fernando el Católico no las tenia todas consigo sobre la forma como se vería en las distintas cortes europeas sus derechos a la apropiación personal de un reino -algo que hizo cuando se promulgó la bula anterior- y volvió a ordenar a su embajador, Vich, que presionara con más insistencia al papa para que expidiera, de una vez, una bula en la que se especificasen, con la mayor claridad, los nombres de los desposeídos reyes.
Y el 18 de febrero de 1513, varios meses después de la conquista y dos de la primera fallida tentativa de reconquista, una situación que el conquistador no esperaba y que le produjo grandes disgustos, ya que durante más de un mes tuvo la seguridad que la perdía, encontrándose el papa Julio II en su lecho de muerte, en medio  de una lenta agonía de varios días -falleció la noche del 20 al 21- sale a la luz una nueva bula, la Exigit Contumacium, en la que, esta vez sí, se nombra a los reyes Juan y Catalina de Albret, “reyes de Navarra en otro tiempo, que tuvieron la osadía de tomar las armas contra los aliados de la Santa Iglesia”.
            Curiosamente el verdadero enemigo, el cismático, el fundador y alma de la alianza, Luis XII de Francia, nunca fue excomulgado por estos hechos.
            Desde el primer momento se tuvo la sospecha de que la nueva bula podía ser una falsificación ordenada por quien más le beneficiaba. En un escrito dirigido al papa Julio II le dice: “A Vuestra Santidad no le cuesta más que pergamino y tinta y es en defensa de la Iglesia”.
Pero de todas formas me gustaría hacer constar que, aunque ambas sean auténticas y el papa tuviera, o tenga hoy en día, la facultad de disponer a su antojo de los reinos de este mundo, las tropas del duque de Alba ya habían entrado en Navarra antes de ser promulgadas -21 de julio de 1512 Et si hii qui Christiani hominis y Pastor ille Caelestis y 18 de febrero de 1513 Exigit Contumacium- por lo que la conquista no estaba justificada más que por una ley tan sencilla como utilizada a lo largo de la historia.
POR LA LEY DEL MÁS FUERTE.
Y no se trata de entrar en el detalle, como se ha dicho, de que la tercera bula se regía por el calendario gregoriano y el 18 de febrero de 1513 no era exactamente esa fecha. ¿Es qué las dos bulas anteriores, tan próximas en fechas, no se regían por el mismo calendario?

CONCLUSIÓN.

No se trata de reivindicar nada. Los hechos históricos son lo que son y Navarra está donde está, es decir, hoy es una de las diecisiete comunidades autónomas que conforman la moderna España.
¿Qué hubiera sido de los navarros si no hubieran sucedido los hechos narrados con anterioridad? Buena pregunta. ¿Quién es capaz de decirlo, de adivinarlo? ¿Ni a quién debe preocuparle? ¿Qué serían de todos los países de Europa, por no decir del mundo, si cada uno de los pueblos, de las etnias, que los conforman, pidiese una revisión histórica? ¿Qué año exacto, qué situación política exacta, puede ser señalado para fijar las líneas fronterizas? ¿En qué momento justo de la historia deberíamos detenernos para fijarlas?
Sin duda en el momento que quien así lo pidiera pudiera sacar más provecho.





Genealogía de los Reyes de Navarra desde Carlos III el Noble


Carlos III el Noble = Leonor de Castilla
                                                        1361-1425       |
                                       Blanca de Navarra = Juan II de Aragón
                                                                       |            1398-1479
Carlos (Príncipe de Viana) Blanca de Navarra  Leonor I = Gastón de Foix
               1421-1461                                                   1426-1479  |                                       |
                                 Gastón de Foix (Príncipe de Viana) = Magdalena de Francia
                                                                                            |
                Francisco I (Febo) Catalina I de Foix = Juan I de Albret
                                    1469-1483               1468-1517               |           1469-1516
                                                       Enrique II de Albret = Margarita de Angulema
                                                                  1503-1555          |   
                                                            Juana III de Albret = Antonio de Borbón
                                                             1528-1572                  |
          Enrique IV de Francia y III de Navarra          
                                     1553-1610                   

*En negrita: Reyes de Navarra. En  el caso de Juan II de Aragón, sólo fue rey     
  consorte
*En cursiva: Reyes de la Baja Navarra, pero que nunca renunciaron al resto.




*PICAR DOS VECES EN CADA RECUADRO PARA PODER VER EL MAPA CORRESPONDIENTE.

MAPA DE NAVARRA CON LA COMARCA DE LAGUARDIA Y EL ENCLAVE DE LOS ARCOS, EN LA MERINDAD DE ESTELLA, ANTES DE SER CONQUISTADOS POR CASTILLA EN 1463.



Archivo:Navarra - Merindades 1407 - 1463.svg
TIERRA DE ULTRAPUERTOS = BAJA NAVARRA ó 6ª MERINDAD







MAPA DE NAVARRA SIN LA COMARCA DE LAGUARDIA Y EL ENCLAVE DE LOS ARCOS, EN LA MERINDAD DE ESTELLA, DESPUÉS DE SER CONQUISTADOS POR CASTILLA EN 1463.


Archivo:Navarra - Merindades 1463-1530.svg

TIERRA DE ULTRAPUERTOS = BAJA NAVARRA ó 6ª MERINDAD










MAPA DE NAVARRA ACTUAL.
YA SIN LAS TIERRAS DE ULTRAPUERTOS -SEXTA MERINDAD- Y DESPUÉS DE LA RECUPERACIÓN DE LOS ARCOS EN 1753, EN LA MERINDAD DE ESTELLA.


Archivo:Navarra - Mapa municipal Merindades.svg

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